martes, 20 de agosto de 2013

EL PATRIOTERISMO K


Afirma el diccionario de la Real Academia Española que un patriotero es aquel que alardea excesiva e inoportunamente de patriotismo.
En esta década padecida por todos los ciudadanos que trabajan honradamente,  que no han vivido del subsidio, de la prebenda, de la corrupción y de todos los excesos K, esos mismos ciudadanos que no pueden acostumbrarse a la perorata oficial que promueve el olvido unilateral de la bestialidad asesina de la subversión montonera, hoy enquistada en el seno de un gobierno al que le prestan soporte ideológico para la siniestra distorsión histórica que pergeñan estos nuevos salvadores de la patria. Es preciso ejercitar la memoria y recordar sus crímenes apareados a la furia asesina de los militares golpistas.
Hay otra militancia, silenciosa, conformada por quienes asimilaron el mensaje del último Perón, el mensaje que sostenía que para un argentino no hay nada mejor que otro argentino. Una militancia que no respira el humo venenoso del kirchnerismo y que trabaja dentro del marco republicano, haciendo confluir las voluntades necesarias para que una montaña de sufragios le marque a estos cafres de la politiquería el camino sin retorno de un ciclo perimido.
Denunciamos con repugnancia el burdo patrioterismo de ornato del gobierno K, útil para la engañifa de los sectores más ingenuos de la sociedad, sea por orfandad educativa o por cualquier otra razón que nuble el entendimiento.
Pero no los confundimos con ese otro sector minoritario de la sociedad argentina, los profetas del odio, que adhieren y participan de estos malabares seudo progresistas, los así llamados dueños del modelo, esos que atraviesan la política para satisfacer fines inconfesables, para teñir de corrupción los mandatos y para vociferar contra enemigos imaginarios que moran ya en las corporaciones ya en los imperios. Son la cohorte mercenaria de aplaudidores que aceptan a pie juntillas los disparates presidenciales.
No es novedosa la utilización falluta del ideario patriótico. Los demagogos han abusado de él para mejor ocultar las sórdidas maniobras que tanto daño le hacen a una sociedad.
Ya lo denunciaba Alberdi en 1872 con claridad meridiana:
“Hay un patriotismo teatral, un civismo escénico, que se manifiesta y prueba con discursos, proclamas, decretos, escritos, palabras sonoras y retumbantes. Es el patriotismo industrial, naturalmente, de reclamo, de cartel, de pregón, que sirve para ofrecer y vender su servicio-mercancía al público de papamoscas. En lenguaje trivial y vulgar se llama patriotismo de parada, es decir, de mera ostentación: color de patriotismo, mentira de patriotismo”.

jueves, 15 de agosto de 2013

TITANIK



La abogada exitosa no es lo que podría definirse como una competente piloto de tormentas. Ella, tras la muerte de Néstor, el gran Capitán Pirata, asumió en 2011 el mando absoluto del TITANIK y con oficiales de la laya de Boudou, Moreno, De Vido, Timmerman, Lorenzino, Garre, Puricelli, Rossi, y otros no menos impresentables, navegaron por esos mares de dios.
Ella, con desenfado y a toda máquina, lanzó con soberbia la proa de la nave de la república, imaginando que bogaba en algún lago de sus propiedades sureñas, despreciando olímpicamente a los témpanos que por allí abundaban. Eran los hielos de la reelección indefinida, de la  inflación, del sectarismo, de la descalificación del adversario, del despilfarro, de la clase obrera y la clase media abusada, de la impunidad de los corruptos de su entorno, de la estulticia de los artífices del pacto con Irán, del cepo cambiario, del impuesto a las ganancias de los trabajadores, de la ley de medios, de la falluta democratización de la justicia y del encumbramiento del espía Milani. Cada embestida provocaba rumbos en el casco hasta que se toparon con el más grande de todos, el iceberg de una ciudadanía que creyó en sus mentiras y que un buen día se hartó de ellas.
La catástrofe sobrevino el pasado 11 de Agosto.
En ocasión de celebrarse las PASO, la gran mayoría de los argentinos pronunció con su voto, en voz baja y sin estridencias, un lacónico BASTA. Apareció el más temible de los gigantescos bloques de hielo: El desprecio de las grandes mayorías.
El estruendo del choque fue música fúnebre para los oídos de la Capitana. La tripulación del TITANIK, mercenaria como siempre, festejó a más no poder el impacto contra la enorme masa de hielo. Boudou reía, los de La Cámpora bailaban sobre la cubierta mientras los demás aplaudían las fingidas ocurrencias de la responsable del naufragio.
A no dudarlo estamos en problemas. 
Bien dicen que la única verdad es la realidad. La mayoría de los que a nuestro pesar somos pasajeros de este barco siniestro del Kirchnerismo, esperamos que desde el puente de mando entiendan lo que sucede y sean capaces, con un mínimo de decencia cívica, de conducirnos hasta el puerto de 2015 y devolver lo que queda del navío a otros más idóneos para capear el temporal en que nos metieron.