domingo, 30 de marzo de 2014

POMPAS DE JABÓN

 
Y que como las flores que se marchitan
tus pobres ilusiones se morirán.
E. Cadícamo
 
Pompas de jabón es un bello tango de 1925, con música del pianista Roberto Goyeneche y versos del inolvidable Enrique Cadícamo. En esa obra la pluma del poeta nos cuenta las desventuras que acarrea la ilusión, esa palabra de equívoco uso, que proviene del latín (illusio) y que significa engaño.
El diccionario de la Real Academia Española nos aclara su significado: Ilusión: f. Concepto, imagen o representación sin verdadera realidad, sugeridos por la imaginación o causados por engaño de los sentidos.
Otras pompas de jabón flotaron durante una década en el jarangón de la sociedad argentina. Comenzaron a soplarse cuando el Kirchnerismo arribó al poder nacional de la mano del ex presidente Duhalde. Pronto se soltaron de esa mano para mejor proceder con uno de los mayores latrocinios de los tiempos que corren.
Tanto el finado N.K como su esposa transcurrieron toda su vida productiva ejerciendo el oficio de empleados públicos, lo cual no fue óbice para que acumularan una cuantiosa fortuna. La afición al hurto y al fraude no fueron ajenos a tanta prosperidad.
Algo más de la mitad de los electores creyeron en los cantos de sirenas que emitían los K. y fueron, guste o no, cómplices necesarios de los males presentes y futuros. Muchos lo hicieron por irresponsabilidad cívica y unos pocos por obediencia debida a sus fines inconfesables. Estos últimos constituyen el núcleo duro de esa secta en extinción, que desaparecerá para siempre en Diciembre de 2015.
Las pompas de jabón se rompen en el aire y desaparecen. Queda tan solo la herencia envenenada de un gobierno corrupto, falaz e inoperante.
La inflación, la inseguridad, la droga, el peculado, la miseria y la decadencia moral que engendra, el enfrentamiento estéril, el menoscabo de las instituciones de la república, la destrucción de los organismos de control de la gestión, la degradación de la justicia para mantener impunes sus crímenes y una nueva y enorme frustración serán una parte apenas del oprobio que esos argentinos le legarán a sus hijos y a los hijos de todos.
Algunos se encogerán de hombros y se harán los desentendidos, otros buscaran el calor de nuevos oficialismos y unos pocos, los más lúcidos de entre ellos recordarán con dolor las estrofas finales del tango de Cadícamo:
 
 Cuando implacables, los años,
  te inyecten sus amarguras...
Ya verás que tus locuras
                                                                   fueron pompas de jabón.