miércoles, 20 de agosto de 2014

LA BORRACHERA FINAL DEL POPULISMO


Tanto la estulticia que subyace en la ideología del pseudo progresismo a la violeta, como la contradicción insalvable entre el discurso heroico y la moral corrupta del régimen K, desembocan en este lamentable fin de ciclo, con su conjunto de decisiones y expresiones rayanas con el delirio.
Así, la impericia del gobierno ha generado un sinnúmero de males que arteramente disfrazan de aciertos.
Sin embargo, la única verdad es la realidad.
Allí están para vergüenza de todos, el desempleo, la recesión, la inflación, la falta de dólares, el cepo cambiario, los ajustes desesperados, el permanente flagelo de la pobreza que desnuda la falluta proclama de la década ganada, la mediocridad del sistema educativo, la inseguridad creciente, la impunidad y el auge del narcotráfico, el default de la deuda pública, la pésima administración del litigio con los fondos buitre, la incertidumbre económica con sus secuelas:
·         El cierre de empresas
·         La fuga de capitales
·         La falta de crédito
·         Las altas tasas de interés
·         La falta de inversión
·         La caída del salario real

Este calamitoso estado de situación, nos lleva a presumir que hay en la sociedad argentina una desmesurada proporción de ciudadanos que, cual los idiotas útiles a los que se refería Lenin en sus discursos a los bolcheviques, promueven, con la miopía de su voto, a una clase política que a la par que se enriquece escandalosamente, siembra el atraso y la miseria del pueblo.
En esta postrera embriaguez, las políticas ruinosas del Kirchnerismo comprometen el presente y el porvenir de todos.
Sería deseable que a partir de 2015, los que gobiernen  implanten un conjunto de medidas tendientes a revertir la paupérrima conciencia cívica de tantos que, por acción u omisión, han sostenido y sostienen a quienes finalmente los dañan con la endeble filosofía del pan para hoy y el hambre para mañana.

Reconocer los errores es uno de los caminos a la sabiduría.