"Existe una sola clase de hombres: Los que trabajan”
J.D.Perón
La
política, cuando es ejercida por patriotas lúcidos, es el instrumento adecuado
para materializar los sueños de las mayorías. Cuando la política es ejercida
por fanáticos o intolerantes, entonces se materializan las peores pesadillas.
La
realidad indica que hoy la mayoría de los argentinos desean:
·
Un
país con políticos honestos, que gobiernen para el bien común y no para
beneficio de una secta. Un país donde el mérito y el talento primen sobre el
acomodo de los sectarios y los corruptos (Las sectas se componen de fanáticos y
en todos los tiempos nunca fueron más que el quinto de las fuerzas sociales. Es
esa la quinta parte que vive de los hombres que trabajan.)
· Un
país donde la constitución, sus instituciones y sus representantes sean
respetables y respetadas.
·
Un
país sin impunidad, dónde el trabajo, la educación y la justicia sean los
pilares de la sociedad y el remedio definitivo para combatir la pobreza.
·
Un
país donde el acceso a la salud y al empleo sea un derecho para todos y no un
postulado declamado en tiempos electorales.
·
Un
país pacificado, seguro para el ciudadano decente y altamente inseguro para los
criminales.
·
Un
país donde los recursos del estado se destinen tanto la grandeza de la patria
como a la felicidad y desarrollo de su pueblo.
·
Un
país donde los únicos privilegiados sean los niños y los ancianos y no aquellos
que toman por asalto los cargos públicos para lograr sus fines inconfesables.
Entonces,
como afirmaba el escritor Ambrose Bierce:
“Si deseas que tus sueños se hagan
realidad, ¡despierta!”