martes, 13 de diciembre de 2011

GABINO EZEIZA




Evocación de un payador

Nació en Buenos Aires, en una humilde cuna de San Telmo, barrio de negros como pocos, en el año 1858. Sus ancestros habían llegado como esclavos al Río de la Plata y adoptaron el apellido de la familia a la que sirvieron. Los Ezeiza.
Quedó huérfano a muy corta edad y parece que por su afición a las payadas, un pulpero cantor, pardo del bajo fondo, le acercó la primera guitarra.
Habrá visto que tenía el don de la rima, la ideación súbita y la intuición musical, y no tuvo yerro en el juicio, pues pronto aquel negro inspirado comenzó a labrarse la reputación de buen cantor.
No carecía de afición por las cosas del intelecto y de la política. Fue a su manera poeta y hombre de Leandro Alem. Participó en revueltas por el poder y siempre puso su musa al servicio de sus ideas.
Y si a luchar se nos llama,
Sepa la patria gloriosa
Que la sangre generosa
Por la patria se derrama!

Alguna vez el juego le fue propicio y con lo ganado se compró un circo. Lo llamó el Pabellón Argentino, según parece. Trashumó con él por todos lados  y un buen día, por cuestiones oscuras, se lo quemaron. Corría el año 1893.
Participó en memorables payadas en su tierra argentina y en la Banda Oriental. Casi siempre salió victorioso, aunque supo de alguna derrota en los pagos de Areco, vencido por un tal García.
Otra vez, en Rauch, lo desafió un  musiquero atrevido, crédito de La Pampa, quien le dijo que “Santillán a ningún negro respeta”. El contrapunto se llevó a cabo en la pulpería El Indio, y versaba sobre un tema singular: ¿Cómo se corta la carne sin cortar el cuero? Pese a lo arduo del asunto y a la bravata de Santillán, resultó triunfante Ezeiza.
El viejo arte de la copla improvisada, que se acompañaba con la guitarra al ritmo de la cifra o el estilo, del triste, como también se decía, fue innovado por Gabino, quien lo cantó al ritmo de la milonga campera, por ser ritmo de raíces morenas.
Se casó con una descendiente del caudillo riojano Peñaloza y tuvieron muchos hijos. Es sabido que el arte, en términos generales, ensancha el espíritu y angosta el bolsillo. El payador vivió pobremente y con arduas penurias alimentaba a su prole numerosa, con la que vivía por el lado de Flores, en la calle Azul.

Dos centavos y un cigarro
constituye mi riqueza,
un candelero, una mesa,
una silla y un colchón.

Algo cansado por el paso de los años, su trisa de alondra ya no se oía por doquier. Se había circunscrito a los límites de la ciudad y deleitaba a débiles y poderosos con el estro de su ingenio. Se supo de él en el Café de los Angelitos, de Rivadavia y Rincón, y allí habrá intuido que había que abrirle paso a ese francesito simpaticón, que cantaba tangos, esa novedosa diablura musical que ocuparía el centro de la escena de la música popular, en ambas orillas del Plata.
Se murió en el año 1916, el mismo día en que asumía como Presidente de la República Hipólito Irigoyen. ¡Pobre negro! Exclamó el caudillo cuando supo la noticia.




martes, 6 de diciembre de 2011

FIN DE FIESTA





Hay tres clases de mentiras:
 La mentira, la maldita mentira y las estadísticas.
                                                 Mark Twain


Basado en una novela de Beatriz Guido, Leopoldo Torre Nilsson filmó en 1960 su célebre película, Fin de Fiesta. Su argumento central transcurre en los años 30, durante la denominada década infame: El nieto de un caudillo político conservador de la Provincia de Buenos Aires se meterá en los asuntos de su abuelo y descubrirá un mundo de corrupción.
Cualquier similitud del pasado y el presente es pura coincidencia.
Pero la mentira populista de prosperidad para todos, fundada en el saqueo de las arcas del estado, operado desde la maquinaria del poder político y las finanzas, en el así denominado capitalismo de amigos, en sintonía con la nefasta cultura del progreso sin trabajo, alentada por los subsidios indiscriminados, cuyo propósito inconfesable no ha sido otro que el de aumentar el clientelismo electoral, ha sido una  matriz de corrupción constante en los últimos años.
He allí la diferencia abismal entre un régimen populista y otro popular, ya que lo popular resulta de ayudar al pueblo de forma definitiva, enseñándole a pescar y no regalándole el pescado.
El argentino, pueblo por naturaleza propenso a imitar al avestruz, suele agachar la cabeza, máxime cuando alguna prebenda está en juego. Así hemos visto, quienes mucho hemos vivido, como sectores mayoritarios han votado y alabado a políticos abominables, a los que luego escarnecieron. El deterioro y el daño que ello ocasionó en el tejido social y económico son inefables. Así, la miseria, la desocupación, la inseguridad, la ilusión de prosperidad emanada del consumo banal, supletorio del ahorro, base de la verdadera prosperidad, emergen y nos señalan, mal que nos pese, que la fiesta ha concluido.
En psiquiatría se denomina esquizofrenia a un grupo de enfermedades mentales que se caracterizan por una disociación específica de las funciones psíquicas, un desdoblamiento de la personalidad y las alucinaciones.
Bien dicen que la política es una sórdida lucha de intereses, disfrazada de cristalina lucha de principios.
Se advierte en gran parte de la dirigencia y en multitud de ciudadanos, cierta actitud ambivalente. Los unos mienten y se enriquecen y los otros votan pensando en la satisfacción efímera del presente, sacrificando el futuro de todos. Y así de a poco, nos vamos quedando sin país y sin porvenir.
Semejante desatino se edulcora con el relato oficial, según el cual los que mandan se desvelan pensando en el bien común, en la patria y en los eufemismos con que adornan una realidad ominosa. Para subrayar ese fraude no faltan los oportunistas de siempre que sobreactúan la farsa desde pretendidos  revisionismos históricos con forma de instituto.
Las sociedades como el pescado se pudren por la cabeza. Por ello, hasta que no surja una clase dirigente patriótica, incorrupta y visionaria, los argentinos, como dicen los jóvenes: Estamos en el horno.




miércoles, 5 de octubre de 2011

RECUERDOS MUNDANOS

Altamira, cuna del alma humana.


Altamira, cuna del alma humana.

Cuatro o cinco millones de años hacia el pasado, cuando en algún sitio del África ecuatorial algunos monos adoptaron la bipedestación, comenzaba una aventura evolutiva que culminaría con la aparición, hace 100.000 años atrás, de ciertos homínidos como los Neandertales primero y los Cromagnones después, que anunciaban al hombre, tal como la conocemos hoy día.
Sucesivas migraciones, iniciadas por el Homo ergaster, un millón de años atrás, para bien o para mal, dispersaron la especie por todo el planeta.
De aquellos ancestros pocos rastros han quedado. Del tiempo que conocemos como Edad de Piedra,  han quedado las herramientas de silex que aquellos humanos utilizaban.
Fueron durante centenares de miles de años cazadores – recolectores, hasta que se establecieron en poblados, y aprendieron la agricultura y la cría de animales, hace 6000 años.
Pero existe por venturosa excepción un sitio mágico, que súbitamente nos retrotrae a los tiempos en que las hordas humanas vivían en oscuras cavernas, en grupos de 10 o 20, yendo y viniendo, en el invierno o el verano, a través de distancias no mayores de 50 0 100 kilómetros, en procura de alimentos y refugio.
Está en España, en la región de Cantabria, entornada de montañas y bosques, no lejos del bello pueblo medieval de Santillana del Mar y se llama Altamira. Está en España, en la región de Cantabria, entornada de montañas y bosques, no lejos del bello pueblo medieval de Santillana del Mar y se llama Altamira. En el paisaje bucólico, al pie de una ínfima hondonada apenas arbolada, se abre una cueva, de boca pequeña y de unos 250 metros de longitud, que permaneció sellada por derrumbes y culta durante milenios. Fue casualmente descubierta por un pastor en 1868. Poco después sería bien estudiada por Marcelino Sautuola, quien en sus “Breves apuntes sobre algunos objetos prehistóricos” así describía el hallazgo:
«Siguiendo el examen de la primera galería [...] se encuentra el observador sorprendido al contemplar en la bóveda de la cueva un gran número de animales pintados, al parecer, con ocre negro y rojo, y de tamaño grande, representando en su mayoría animales que, por su córcova, tienen alguna semejanza con el bisonte.»
 Los hombres de ciencia de su época lo desacreditaron, pues descreían de la antigüedad del objeto de su estudio. A punto tal que Emile Cartailhac, célebre y honesto estudioso, escribió hacia 1902 en su “Mea culpa d´ un Sceptique”: "Fui partícipe de un error cometido hace veinte años, de una injusticia que es preciso reconocer y reparar públicamente. Es necesario inclinarse ante la realidad, y en lo que a mí respecta, debo hacer justicia a Marcelino de Sautuola".
Se trataba ni más ni menos que de la Cueva de Altamira, conocida por sus magníficas pinturas rupestres.
Hace unos 20 o 15.000 años, algunos inspirados artistas entre aquellos cavernícolas del Paleolítico Superior (Magdaleniense), pintaron bellos animales policromos: bisontes, ciervos, jabalíes y caballos.
El o los ignotos creadores habrán hecho su aprendizaje dibujando animales en la arena de la playa o en la tierra, para luego, en alguna etapa superior, pintar las piedras del entorno, coloreándola con carbones, cenizas y pigmentos diversos, Finalmente, en pleno dominio de su oficio, con maestría expresaron en el interior profundo de la cueva una visión de aquel mundo, con todo su esplendor.
He ahí el arte puro, reflejo del alma humana ya en su apogeo.
Picasso dijo: “Después de Altamira todo parece decadente.”
Visitar la cueva es una experiencia única. Al alejarnos, resuenan en nuestros oídos las palabras del poeta Rafael Alberti impresas en La arboleda perdida, de 1928:

“Al bajar un declive del terreno surgió una puertecilla…
Por ahí se penetra al santuario más hermoso de todo el arte español.
Parecía que las rocas bramaban. Allí,  en rojo y negro, amontonados,
lustrosos por las filtraciones de agua, estaban los bisontes, enfurecidos o en reposo.
Un temblor milenario estremecía la sala.
Era como el primer chiquero español, abarrotado de reses bravas pugnando por salir.
Ni vaqueros ni mayorales se veían por los muros.
Mugían solas, barbadas y terribles bajo aquella oscuridad de siglos.
Abandoné la cueva cargado de ángeles, que solté ya en la luz,
viéndolos remontarse entre la lluvia, rabiosas las pupilas.


martes, 23 de agosto de 2011

La tragedia de Hamlet, Príncipe de Dinamarca



Si algún propósito existiera en el arte y sus obras, acaso el más  encomiable sería la conmoción que provoca en el sujeto que lo aprecia.
En lo que me concierne, cada vez que presencio una puesta de la obra cumbre de Shakespeare, experimento el milagro repetido de conmoverme hasta las fibras más intimas.
La obra conocida  como Hamlet, escrita alrededor del 1600, ha resistido el paso del tiempo, la manipulación de sus editores, traductores y correctores, largos períodos de olvido y la desidia del propio autor, quien jamás publicó nada de su vasta dramaturgia. Sin embargo, rediviva entre las cenizas de los siglos, allí está la preciosa obra maestra, con su cúmulo de pasiones que irrumpen en la escena y sobrecogen al espectador. Las ambiciones, el poder, el amor, la locura, la muerte violenta y las dudas que surgen de esta rara experiencia habitual, que por convención llamamos vida, se entremezclan en esa alquimia inextricable que la obra destila.
El trazo magistral con que el bardo delinea a sus personajes, Claudio, Polonio, Ofelia, Gertrudis, Laertes y Horacio, todos girando en torno al atormentado príncipe, son una fuente inagotable de desafíos para actores y directores.
La versión 2011 de Juan Gene en el Teatro Alvear, es sencillamente bella Los cortesanos ataviados como si hubiesen escapado de un cuadro de Magritte, la escenografía austera hasta lo sublime, el lenguaje simple, generan en el proscenio un espacio mágico donde el placer del teatro brota generoso.

miércoles, 10 de agosto de 2011

Bellas Estatuas Ecuestres



Capitano di ventura era el modo de calificar en la Italia de los siglos XIV y XV a los oficiales mercenarios que conducían tropas, pagadas por las ciudades en conflicto. El término proviene de condotta que era la denominación de las tropas mercenarias.
Eran estos hombres eficientes en todas las especialidades militares de la época.
A veces para llevar adelante una guerra, el capitán que  tenía su propia compañía, debía contratar a otras compañías menores. Así el primer capitán  firmaba otra condotta de modo tal  que era un contrato, verbal o escrito, que se extendía a todo el ejército condotiero.
Tuvieron su edad de oro durante dos siglos, pero hacia el 1550 estas fuerzas eran consideradas obsoletas ante las novedosas técnicas de la artillería.
Hubo dos famosos capitanes de los que el arte guarda memoria.

Erasmo de Narni (1370-1443) alias Gattamelata, acaso por el nombre de su madre Malania Gatteli, era hombre de humilde origen que comenzó la carrera de las armas al servicio de Andrea Fortebraccio, bravo militar conocido como Braccio da Montone.
Estuvo al servicio de Florencia, Venecia y el Papado en las guerras contra los Visconti de Milán.
A su muerte, los deudos encargaron a Donato di Niccolò di Betto Bardi (Donatello), el más renombrado de los escultores florentinos, la realización de una estatua que en su memoria debía erigirse en la Plaza de Padua.
Donatello concibió el monumento ecuestre a Gattamelata como un cenotafio, coronado con una escultura ecuestre, en bronce, donde jinete y caballo a pesar de la marcha están imbuidos de una gran serenidad, glorificando al personaje militar que conduce sin violencia pero con autoridad. Es el retrato de un hombre de edad madura, que avanza hacia la victoria en la plenitud de su inteligencia. Toda la maestría del escultor inmortaliza al hombre de armas.
Es la primera estatua ecuestre del mundo moderno, inspirada en el bronce romano de Marco Aurelio.

Bartolomeo Colleoni (1395-1475) Oriundo de Lombardía, pertenecía a una familia acomodada de la nobleza urbana. A los 15 años fue escudero de Filippo Arcelli, señor de Piacenza y a su lado sostuvo los primeros combates. Luego estuvo a las órdenes de Braccio da Montone y Jacopo Caldora. En 1429 pasó al servicio de Venecia, a las órdenes de Carmagnola. Luego sirvió a Gonzaga, marqués de Mantúa y a Gattamelata.
Fiel a la moral mercenaria, sirvió indistintamente a Milán y a Venecia. Las victorias de Bosco Marengo y la Riccardina le dieron larga fama.
Bartolomeo Colleoni d´Andegavia, como le gustaba ser llamado, murió en su Castillo de Malpaga el 2 de noviembre de 1475.
Tres años más tarde, Andrea di Michele di Francesco de' Cioni, apodado el Verrochio, pintor y escultor de renombre, maestro de Leonardo da Vinci entre otros artistas del renacimiento, recibió el encargo de la que sería su obra más famosa: La estatua ecuestre de Colleoni. Desafiaba a su genio la  gloriosa sombra del bronce de Donatello, erigido tres décadas antes a unos pocos kilómetros de distancia.
Verrocchio puso en esta obra todo su talento artístico. La muerte lo atrapó casi al finalizarla, años después. Alejandro Leopardo fue el encargado de fundirla, darle los toques finales y de diseñar el pedestal de aquella estatua, sin rival hasta nuestros días. Representa a Colleoni cabalgando con aspecto arrogante, orgulloso de su fuerza como hombre, altivo de su talento como general y con el gesto de dirigir sus huestes al ataque. Su cabeza hacia un lado, la del corcel hacia el  otro, en actitud de moverse con paso firme y pesado, pero seguro y fuerte, tal como se vería en el campo de batalla. El lugar elegido para la obra fue la plaza de San Giovanni e Paolo, donde se encuentra la Scuola de San Marco.
El arte, en ambos casos, fue tributario del coraje. Nada más bello habría podido obtenerse como resultado.

lunes, 11 de julio de 2011

LA PSICOSIS DEL GOBIERNO



Psicosis es un término utilizado en medicina para referirse a un estado mental cuyo atributo más notorio es la pérdida de contacto con la realidad. Aquellas personas que padecen este mal reciben la denominación de psicóticas. Aquellos que experimentan psicosis pueden presentar alucinaciones o delirios y exhibir cambios en su personalidad, con un pensamiento desorganizado.
Cuando la pérdida de contacto con la realidad la padecen aquellos que gobiernan un estado, la situación se torna peligrosa para propios y extraños.
En Argentina,  hace tiempo que asistimos a una progresiva negación de lo que sucede, por parte de quienes tienen la alta responsabilidad de ejercer las más altas magistraturas del estado, verbigracia la presidenta y sus cortesanos, que con sus parodias, hacen parecer a las instituciones de nuestra frágil república, menos a esa forma de gobierno que a una monarquía absoluta.
Evidencian sus actos una enorme distorsión de la realidad, y ello es un síntoma de males mayores. Cuando el gobierno patrocina las mentirosas estadísticas del INDEC, niega la inflación, la pobreza, el trabajo en negro, la malversación de caudales del estado,  atribuye los enriquecimientos ilícitos a sabias maniobras financieras de los funcionarios o sencillamente, festeja la derrota de Filmus en la Capital Federal y pretende hacerle creer a los ciudadanos, que han sido protagonistas de una victoria estratégica, madre de batallas, que prepara el triunfo en la segunda vuelta, a fin de mes, estamos en problemas. Estas reacciones provenientes de la cúpula del poder, de no ser alarmantes resultarían patéticas.
Es una rara estrategia que desde hace tiempo, lleva al país por el plano inclinado de una decadencia que es hora de detener.
Una estrategia es un conjunto de acciones planificadas sistemáticamente en el tiempo, que se llevan a cabo para lograr un determinado fin. Proviene del vocablo griego ΣΤΡΑΤΗΓΙΚΗΣ,  Stratos: Ejército y Agein: Conductor, guía.
Existe aparte de la militar una estrategia política y el conductor de las acciones, es decir el estratega, resulta ser un fino analista simbólico que lee códigos ocultos en el entorno y que son emitidos por los actores sociales en juego.
Hay veces en que el estratega, como ardides de guerra, utiliza las estratagemas, que son engaños artificiosos, mañosamente utilizados, para conseguir algo. La estratagema se fundamenta en el fingimiento y en el engaño, en la desinformación o en la manipulación de la misma. La estratagema es un pequeño y concreto plan de acción que únicamente se encuentra claro y tiene sentido en la mente del conductor, cuando todos la anticipan, pierde eficacia y aporta ruina.
En el caso de los estrategas del Kirchnerismo, al abusar de las estratagemas, que son tan solo una herramienta de una ciencia mucho mas amplia, acaban por creerlas ellos mismos, ante la burla del resto de la sociedad, y se establece aquella pérdida de contacto con la realidad a la que nos referíamos.
A partir de allí, se instala la tan temida Psicosis, que en la guerra como en la política y la vida, augura desastres enormes.

martes, 28 de junio de 2011

EL MANIQUEISMO ANACRÓNICO DEL KIRCHNERISMO



Los libros, tal como yo los he escrito,
nunca antes habían sido escritos o revelados.
Manes (Kephalaia, c. 154).
                                                      
Maniqueísmo es el nombre por el cual se conoce a la religión fundada por el sabio persa Manes en el siglo III, quien creía ser el último de los profetas enviados por Dios a la humanidad.
Los maniqueos eran dualistas, es decir,  creían que había una eterna lucha entre dos principios opuestos e irreductibles, el Bien y el Mal, que eran asociados a la Luz y a las Tinieblas.
En la práctica,  negaban la responsabilidad humana por los males cometidos, al creer que no son producto de la libre voluntad, sino del dominio del mal sobre nuestra vida. El maniqueísmo se concebía, desde sus orígenes, como la fe definitiva que invalidaba a todas las demás.
Agustín, luego de ser designado obispo de Hipona, sostuvo tres grandes controversias.
Contra los donatistas, quienes afirmaban que la iglesia católica había dejado de ser la iglesia de Cristo.
Contra los pelagianos, que sobrestimaban el poder de la voluntad humana, con omisión de la gracia para la salvación.
Por último, la controversia referida a la naturaleza  del mal contra los maniqueos, a partir de la cual elaboró su doctrina liber arbitrio.
Según Agustín, los hombres tienen la capacidad de obrar mal o bien gracias al libre albedrío, al contrario del dualismo maniqueo, que afirmaba que el interior del hombre era un campo de batalla para los principios cósmicos del bien y del mal, entreverados en lucha perpetua y de cuyo resultado dependía el obrar del hombre.
Esos problemas, que la filosofía resolvió hace siglos, en Argentina (país cuyo rasgo más notorio es la capacidad de sus dirigentes para reinventar lo ya inventado y empezar todo de nuevo) siguen vigentes. La anacrónica doctrina de los maniqueos fue exhumada por el último metabolito del proceso político nacional, el Kirchnerismo, y ejercida por sus adalides a lo largo del territorio.
Este producto político imaginario y su nefasto modelo real, al cabo de 8 años de praxis han llegado al punto de ebullición, pero pretenden continuarlo por un nuevo período presidencial y acaso lo consigan, si la masa de votantes, en uso de su liber arbitrio, lo permite.
En tal caso, continuará este relato histórico aberrante en el cual sus guionistas, siguiendo a pie juntillas la doctrina de Manes, dividen a los actores sociales en Los Buenos, es decir los Kirchneristas, disfrazados de revolucionarios setentistas y agrupados en una comparsa de mercenarios de variado linaje (camaleones, arribistas, militantes de la Cámpora y otras especies menores) cuyo denominador común es la corrupción y el revisionismo histórico falluto, enfrentados en lucha heroica con Los Malos, es decir los sectores productivos de la sociedad, las malditas corporaciones y la ciudadanía silenciosa que cree en una comunidad organizada, con orden y con progreso real, en lugar del así denominado progresismo, que consiste en repudiar las normas de convivencia, en fomentar falsas antinomias y en vaciar las arcas del estado en beneficio de un puñado de inescrupulosos clones de Schoklender y Bonafini, que se regodean haciendo de las suyas.
Y como telón de fondo, el cambalache de siempre: La miseria, la desocupación,  la prepotencia, la inflación, la educación defectuosa, la inseguridad,  la droga, el presupuesto arbitrario, los subsidios irracionales y la fantasía de que con ellos (Los K) en el gobierno, seguimos siendo el mejor país del mundo.
Y que siga el corso, con los ojos en la nuca...


miércoles, 15 de junio de 2011

BORGES



Es casi un yerro decir que Borges ya no está. Que hace un cuarto de siglo que partió vaya uno a saber dónde. Sería como negar la inmortalidad que el universo confiere a unos pocos, aquí y allá, capaces de generar tanta belleza con su arte que transforman en tolerable la mediocridad del mundo.
Es cuento que se fue Borges. Si yo lo tengo acá nomás, al alcance de mi mano, ahí están en el anaquel cada una de sus obras, todas esas palabras ordenadas de tal modo que producen el milagro repetido de alegrar y conmover. Esa extraña comunicación, ese juego selecto que se establece entre el artista y el alma de quien se acerca a sus artificios.
Dijo alguna vez, en verso para magnificar el asombro, que la providencia le había dado a algunos la sección o el arco, pero a Reyes la total circunferencia. Mentira Borges. Si creo verlo sonreír, con esa sonrisa de niño enorme tras la ironía sutil, con la cual enmarcaba algún epigrama, alguna metáfora o simplemente una broma sobre sí mismo. A usted también le fue dada la total circunferencia, y nosotros, lectores agradecidos le decimos como siempre, hasta cualquier momento Borges.
Y vaya sabiendo que en estos tiempos difíciles, por culpa hombres como usted da gusto sentirse argentino.

jueves, 26 de mayo de 2011

CONVICCIÓN O DECEPCIÓN



El General Perón, definió en su Manual de Conducción Política, la diferencia entre mandar y conducir. El mando exige obediencia y da órdenes, la conducción pretende convencer a través de la persuasión. Es entonces la convicción, la esencia de todo proyecto político y el objetivo a proponer al pueblo, para organizarle en  un proyecto de vida en común.
Es en ese marco donde se debe plantear la discusión, sobre la alternativa que se presentará a los argentinos para decidir tanto su destino político, como la instancia decisiva de reconstrucción nacional. Se afirma en la intensidad del momento, para aprovechar las excepcionales condiciones que brinda la situación internacional, y de tal modo alcanzar  el desarrollo sustentable de nuestra comunidad.
En ese sentido es preciso analizar la propuesta del gobierno, denominada “Modelo de crecimiento e inclusión social”.
En primer lugar, nos detenemos en el significado del término Modelo: “Ejemplar que por su perfección se debe seguir o imitar”. O sea que no es dable discutirlo, cambiarlo o interpretarlo; tan solo se debe imitar y en su propia definición incluye una  metodología que ordena y manda: El imitador es el pueblo que debe ser obediente al constructor del modelo.
Frente a ello, aparece y se yergue el Proyecto, palabra que alude al pensamiento o propósito de hacer algo, e incluye “Un plan y disposición para hacer una cosa de importancia”. El proyecto de vida en común, abarca entonces ideas, pensamientos, propósitos y planes dirigidos hacia la comunidad,  a fin de persuadirla para participar en la formulación  y ejecución de esa recreación de relaciones sociales. Incorpora el concepto de conducción y persuasión, por los que requiere consenso y participación de los conducidos, y rechaza el mando y la obediencia.
A titulo de ejemplo, durante casi ocho años, el gobierno de los K, se caracterizó por el autoritarismo. Quien piensa diferente es considerado un enemigo o un traidor; el “apriete” se constituyó en un instrumento de mando y obediencia; doblegó a gobernadores, intendentes, entidades empresarias y gremiales. Los subsidios, la corrupción, las conductas amenazantes adocenaban las voluntades de los cortesanos, fueran funcionarios o dirigentes, y a su conveniencia premiaron la conspicua obsecuencia, expuesta públicamente.
Claramente el modelo establece: “Yo o un grupo cada vez mas reducido, somos los iluminados  y por tanto tenemos “derecho a mandar” y ustedes los destinatarios – el pueblo- tienen que obedecer, porque para eso la mayoría nos votó. He ahí el meollo de la democracia populista autoritaria.
En segundo lugar, el  crecimiento, o sea el aumento cuantitativo de la producción de bienes y servicios, alentados por un mercado internacional, ávido de nuestros productos, principalmente agropecuarios, adicionado ya a un excepcional aumento  de los precios de las comodities ya a una incentivación del consumo interno, provocado por los servicios públicos subsidiados a tarifas irrisorias, sin distinción de ingresos,  y por los créditos al consumo a largo plazo y sin intereses. Vale decir, priorización del hábito del consumo con desaliento del ahorro y la inversión, lo cual traslada los problemas  al porvenir y a las nuevas generaciones.
Las sociedades modernas se preocupan por transformar el crecimiento en desarrollo. Ello implica un cambio de carácter cualitativo, que acarrea la posibilidad de mejorar las condiciones de vida y de tornarlas sustentables. Ello requiere inversión productiva, adelanto tecnológico,  y aumento de la productividad  y competitividad.
Como el Modelo tan solo prioriza el poder y el mando, supone que el mero aumento del consumo garantiza el triunfo electoral, reforzando con ello la visión oportunista de corto plazo..
Finalmente el Modelo incorpora la así denominada inclusión social a sus principios. Ello significa más consumidores, más trabajo en “negro”, más subsidios, más empleados al servicio del gobierno, la mayor parte mercerizados a través de cooperativas, con escasa o nula prestación de servicios. En suma sumar a la estructura económico-social existente nuevos consumidores, mientras crece la diferenciación social, no solo entre ricos y pobres, sino también entre trabajadores sindicalizados y lo no registrados, excluidos del convenio colectivo.
 Además esta decisión favorece la concentración del mando, al congelar la estructura social, en la cual, un sector importante vive en estado de necesidad y otros sectores se lanzan a la despreocupada aventura del consumismo, sometiendo su existencia al presente y haciendo caso omiso del porvenir.
Por el contrario, un Proyecto de vida en común,  presupone una profunda  transformación, al recrear las relaciones sociales, promoviendo el desarrollo humano, paso indispensable para erigir mancomunadamente, una sociedad orientada por la  justicia social. Valora y estimula el aumento de la riqueza, para así mejorar su distribución entre todos los argentinos. Resulta necesario priorizar y reorientar la educación, que iguala la búsqueda de oportunidades y consolida un proyecto nacional. Innovación tecnológica para multiplicar la productividad; aprovechamiento de las ventajas comparativas alentando la competitividad, acuerdo de políticas de estado, perdurables en el tiempo hasta alcanzar las metas propuestas, instituciones republicanas que garanticen la seguridad de las relaciones sociales y una política exterior que reinserte a la Argentina en el mundo, a través de los acuerdos de integración regional, continental y global, son rumbos que identifican al Justicialismo desde sus lejanos orígenes.
En consecuencia, el debate central de la sociedad argentina se plantea entre la noción de Proyecto de Vida en Común y Modelo del gobierno K. Nadie puede quedar al margen de esta discusión. Debemos estar alertas, porque conocemos que hay intereses que procuran confundir y obscurecer el contenido de la opción, alentando construcciones políticas electoralistas, a partir de alianzas espurias, que no reflejan los cambios y matices del pensamiento ciudadano.
Cabe recordar, que la disputa entre derechas e izquierdas, fue, es y será mera retórica agotada y anacrónica..Perón decía que hablar de ideologías era hablar en fenicio. Nosotros hemos podido comprobar  que el termino Progresismo, actualmente en boga, está vacío de contenido. A fuerza de ser sinceros, la sinceridad esta ceñida entre la democracia populista y autoritaria por una parte y la democracia republicana y participativa, por la otra.
No por ello ha de minimizarse la capacidad técnica, de esta élite iluminada, para la formulación de un relato ficticio, sustentado en el desparpajo con que se han apoderado del estado, y así construir un poder que garantice la perpetuación en los cargos, apelando al manejo espectacular de la política, la sumisión de la economía publica y privada, como herramienta de mando y obediencia.
Frente a la prepotencia de le élite, solo puede tener éxito la Convicción de la dirigencia política en el proyecto de Vida en Común, expresado a la ciudadanía participativa con claridad,  trasmitiendo aquella confianza que otorga la verdad, única realidad, ante un cambio que asoma como posible.
Es entonces menester, avanzar en  el proyecto de Unión Nacional, planteado por Perón, cuando su retorno a la patria, actualizando la doctrina del Justicialismo. Aquella autocrítica superadora de los enfrentamientos entre hermanos, lamentablemente no fue  escuchada por agrupamientos sectarios, que retornaron  a la lucha fraticida, suspendiendo por largo tiempo la anhelada reconstrucción nacional y social.
La Convicción, construye el presente apuntando al futuro. No esta subordinada al éxito coyuntural, depende del nivel de conciencia social alcanzado, de sus realizaciones, de la capacidad de persuasión de los conductores y de la compresión de los conducidos.   Aspiramos, por Convicción, a que el próximo desafío electoral, encuentre a la ciudadanía a la altura de las circunstancias, asumiendo el compromiso de elaborar y ejecutar el necesario Proyecto de Vida en Común. Caso contrario nos aguardará otra decepción colectiva.

*Colaboración del Dr. Juan José Isola

martes, 17 de mayo de 2011

¿Como desligar los viajes de la historia?



Que los viajes ensanchan el espíritu no es objeto de discusión para nadie. Nuevos paisajes, extrañas culturas, incomprensibles idiomas y comportamientos sociales no dejan de asombrar al viajero, muchas veces satisfecho con tales aportes exóticos.
 Países ricos o pobres, todos tienen algo que logra excitar la curiosidad del caminante, que pocas veces logra, por acción u omisión, penetrar la capa de la realidad circundante para adentrarse en las causas profundas que la sostiene.
Rastrear en la historia de los pueblos es una fuente inagotable de sabiduría y también de escepticismo. Grandes logros actuales están asentados en enormes injusticias e ignominias que por lo general quedan ocultas tras visiones más pedestres y alegres.
Así cuando los pasajeros de alguna aerolínea sobrevuelan los Estados Unidos, ansiosos de llegar a su destino, advierten la enormidad de su territorio, más grande aún que toda la Europa occidental.
Si por un casual, el punto final del viaje es la bella ciudad de San Francisco, con su azul bahía bañada por las aguas del Océano Pacífico, el puerto de los pescadores con su atmosfera brumosa, la misma que envuelve los anaranjados hierros del puente Golden Gate y las colinas, pocos son los que imaginan que apoyan sus pies sobre una tierra cuya historia estremecería al más pintado.
Cuando a mediados del siglo XIX los EE.UU. padecían el pico más alto de su fiebre de expansionismo territorial, clavaron las garras en el país de los mexicanos. Comenzaron por anexionar Texas y luego declararon una guerra injusta, en palabras de Ulises Grant, la cual les permitió obtener el codiciado botín.
El tratado de Cahuenga, firmado el 13 de enero de 1847 en Los Ángeles, finalizó las disputas en California. El nuevo gobierno encabezado por Manuel de la Peña y Peña inició las negociaciones de paz con los Estados Unidos que culminaron con la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo, firmado en la villa homónima el 2 de febrero de 1848. El tratado fue redactado en su totalidad por Estados Unidos y otorgó a este país el control sobre Texas, el territorio en disputa entre México y Texas que comprendía toda la tierra al norte del Río Bravo y los territorios conocidos como Alta California y Santa Fe de Nuevo México, apropiándose de lo que hoy son los Estados de Arizona, California, Nevada, Utah, Nuevo México y partes de Colorado, Wyoming, Kansas y Oklahoma (lo que se conoce como Cesión Mexicana). Para México significó la pérdida de más de 800.000 millas cuadradas (más de 2.100.000 km²) de tierra, lo cual equivale a decir más del 55% de su territorio.
Y como si la tierra fuera poco, su voracidad también los lanzó al mar.
Hacia el occidente las islas del Mar Caribe fueron objeto de su rapiña. Hacia el oriente, los amables archipiélagos polinesios.
Si deseamos sobrevolar el océano durante 5 horas y llegamos a Honolulu, bella ciudad, capital del 50ª estado de USA desde 1959, nos asombra el azul de su mar, las lagunas de coral y las serranías de frondosa vegetación.
Pero hay algo más en ese paradisíaco ambiente, que se oculta en la nebulosa del tiempo. Hacia finales del siglo XIX era un apacible reino de costumbres simples. El hula y el  surf entretenían a esos pueblos sencillos entibiados por el Trópico de Cáncer.
Pero tan vastas tierras aptas para el cultivo de la caña de azúcar, el arroz y la piña azuzaron la avidez de los ricos comerciantes ingleses y norteamericanos. La pulseada fue ganada por estos últimos. Primero le impusieron al rey Kalakaua (el mismo cuyo nombre hoy señala una de las más bellas avenidas de la isla de Ohahu), una constitución feroz, denominada Bayoneta dada la calidad de sus argumentos. Tras la muerte del monarca en 1891, lo sucedió  su hermana, la reina Lili´ukalani, la que fue derrocada prontamente derrocada. En efecto, los marines de la cañonera Boston se hicieron cargo de la situación. En 1894 se creó la República de Hawai y en 1896 se anexó su territorio a los EE.UU. Y aquí no ha pasado nada.
Una vez conocidos estos detalles, apuramos el trago de nuestro whisky en el balcón de l habitación, que mira a la playa de Waikiki, y salimos a caminar por la arena, con un fondo de palmeras, bellos edificios y a los lejos, el Diamond Point, un viejo volcán, algo cansado de contemplar los excesos de la naturaleza humana.
Asi es el mundo que gira y gira

OJO POR OJO


A la luz de los hechos sangrientos desencadenados por los marines norteamericanos en suelo Pakistaní, al asesinar a Osama Bin Laden,  nos vienen a la memoria las antiguas leyes de Hamurabi  y de Talión, bien expresadas en la piedra, en el Levítico bíblico y en el Corán  Todas instituían el mandato de vida por vida, ojo por ojo, mano por mano, pie por pie, herida por herida. Situada en su contexto, la terrible fórmula resulta ser tan sólo el testimonio conservado de uno de los primeros frenos aplicados al impulso humano de la venganza
Al rey babilónico Hammurabi (1728 -1686 AC) se le conoce por el Código que lleva su nombre, tallado en un bloque de piedra de unos 2,50 m de altura por 1,90 m de base y colocado en el templo de Sippar. Era su propósito homogeneizar jurídicamente el reino y la vida cotidiana de su pueblo.
La ley de Talión no remite a ningún rey ni dios, sino al adjetivo latino talis-tale, que significa «igual» o «semejante», y hace referencia a la proporción que deben guardar el delito y la pena.
Los crímenes de Bin Laden son inexpiables, y merecía el fin que tuvo. Pero ese fin nos lleva a preguntarnos que tanto ha evolucionado la sociedad humana en la resolución de sus conflictos. La respuesta puede ser frustrante para los optimistas.
No soy de los que practican un indiscriminado antinorteamericanismo, pero tampoco admiro todo lo que hacen. Parafraseando a alguien, el norteamericano me gusta, pero en su tierra. Cuando sale de ella, nos ha dado muestras de una brutalidad imperial impar, por la cual le robó la mitad de su territorio a México, las islas de Hawai a los maoríes con su reina e inundó de trapacerías la América Latina. De ello guardamos memoria. De su colaboración con los ingleses en Malvinas también. Venganza y Codicia son dos valores centrales en el gran país del norte.
Sin embargo es bueno intentar comprender estos procesos desde diversos puntos de vista para no caer en fanatismos maniqueos.
Erich From decía “La venganza es en cierto sentido un acto mágico: al aniquilar a quien cometió la atrocidad se deshace mágicamente su acción”. No estaba errado el psicoanalista de Frankfurt al agregar “[…] Aunque el hombre no siempre se puede defender del daño que le infligen, en su deseo de desquite trata de borrar la página y de negar mágicamente que se haya infligido el daño alguna vez.
La acción de los comandos de USA se inscribe en ese marco del ojo por ojo. Sin duda los festejos de ese pueblo por la muerte del terrorista muestran la pretensión de dar vuelta la página y superar el horror que despertó el atentado de las torres gemelas ordenado por el árabe.
Pero olvidan los norteamericanos que la violencia engendra violencia. Es en su pasado violento que los norteamericanos deberán indagar algún día la causa de sus males y sus bienes. La diferencia entre lo justo y lo legal.
Cuando el criminal nazi Eichmann fue secuestrado en Argentina, donde vivía con identidad falsa, se lo llevó a Israel donde se lo enjuició, resultando aquella acción mucho más civilizada que la ejecución sumaria de Bin Laden, pero en ambos casos expresan el recóndito impulso que anida en el alma humana de clamar venganza, reiniciando de tal modo el ciclo ominoso de la barbarie.