martes, 18 de diciembre de 2012


La marcha hacia el ocaso


No existe para el Peronismo más que una clase de hombres: Los que trabajan.
                                                                           J.D. Perón

 
Hasta hace no mucho tiempo, millones de argentinos soñaban al son del arrorró que les cantaban:
Servicios públicos baratos, transportes regalados, combustibles ilimitados, baja inflación, jubilados sin aportes, empleos públicos para millones de desocupados sin educación ni capacidades y la maravilla de la inclusión social, irrestricta y sin esfuerzos, propiciada por una presidente multimillonaria aunque generosa con el dinero ajeno. Pero todo se acaba, hasta la plata de los otros para alimentar el disparate del País de las maravillas.
El relato hipnótico que inducía a creer que nuestra Isabel  II  era K no solo por ser viuda de Kirchner sino también por ser heredera de Kropotkin, aquel príncipe ruso que fuera sufrido teórico del anarquismo, empieza a aburrir.
Amaneció, y muchos de los soñadores despertaron.
Las luces de la aurora disiparon las brumas de la pesadilla: Los servicios públicos no funcionan, los trenes marchan hacia el descarrilamiento y la muerte, el combustible es caro y escaso, el déficit, la inflación y el desempleo trepan hasta las nubes, la recurrencia de dilapidar los caudales públicos no modifica la miseria estructural. La violencia y la inseguridad brotan como pústulas. Los argentinos vamos hacia atrás, como el cangrejo, a pesar del fútbol para todos, de los subsidios y de la publicidad oficial.
Los confundidos de entonces ya no quieren formar parte del afamado 54 %. Lo niegan como Pedro a Jesús.
No ocurre eso, todavía, con los populistas K del Núcleo duro: Los aplaudidores disfrazados de funcionarios, los artistas nacionales y populares con cachets presupuestados, los bien remunerados militantes de Kolina y La Cámpora, los talibanes a la violeta y los trasnochados de siempre, que a la menor ocasión se llenan los bolsillos para mejor “Combatir al Capital”… y de paso al antiguo socio y amante (el hoy odiado diario Clarín) al que ayer nomás el finado llenó de prebendas y privilegios. Nunca fueron ni tan buenos ni tan malos para merecer tales sentimientos.
El modelo imaginario y su épica Revolución de opereta marchan hacia el ocaso. El ciclo económico y político del Viva la Pepa está agotado y no parece haber ni seso ni muñeca para reanimarlo. Todo poder cesa, la eternidad no es virtud de los humanos y pretenderla es ridículo.
Ya lo afirmaba Aristóteles en su Poética:
“La comedia es retrato de los peores,
no en la relación a todo tipo de maldad,
sino en la medida en que lo ridículo es parte de lo vergonzoso.”
Amanece que no es poco. Bienvenido el despertar.

sábado, 10 de noviembre de 2012

HOY...NADA.

 
El martes 14 de julio de 1789, en Paris, se rendía la fortaleza medieval de La Bastilla, que solo  alojaba a siete prisioneros vigilados por guardias suizos. Su caída en manos de  la muchedumbre hastiada de los desaciertos políticos de la corona, marcó simbólicamente el fin del Antiguo Régimen y el punto inicial de la Revolución francesa.
Luis XVI, el rey de Francia, en su profunda estulticia, anotó en su diario en las vísperas del trascendental suceso “Aujourdhui…rien”  Hoy… nada. No había entendido la realidad que acabaría con su reino y con su cabeza en un canasto de la guillotina el 21 de enero de 1793.
El 8 de Noviembre (8N) centenares de miles de argentinos salieron pacíficamente y se congregaron en las plazas de toda la república para expresar su hartazgo de  un régimen político autoritario e incompetente, conformado por fundamentalistas nostálgicos, reunidos a modo de legión neomontonera y burocrática, cuyo único fin es el lucro y el hedonismo del poder. Se equivocan cuando afirman la inexistencia de líderes opositores. Los encontrarán en el seno de ese mismo Peronismo que infiltraron.
 El 8N ha sido la expresión de un freno cívico. Sin esas multitudes tal vez se pueden ganar elecciones, pero sin ellas es imposible gobernar una república.
Vivimos en democracia y eso no tenemos que agradecerlo a nadie. Es una conquista del pueblo.  No alentaban esas multitudes ningún fin conspirativo ni destituyente. Apenas un clamor que expresaba: "Simplemente basta".
Basta de inseguridad, de corrupción, de ineptitud, de enfrentamiento social, de abusos a la constitución y a los otros poderes del estado.
Un prominente senador de la república, oficialista desde hace dos décadas, lenguaraz y hoy ultra K, manifestó:  No logro entender cual es el mensaje”. La presidente dijo que lo más importante del 8N fue el recambio de la cúpula del poder en China.
Es un equivalente de lo consignado en el diario de Luis XVI: “Hoy… nada”.
Cuando las más elevadas magistraturas del poder tropiezan con un millón de personas manifestando en las calles y  no entienden lo que pasa, sencillamente están en problemas.

martes, 6 de noviembre de 2012

EL CHIROLITISMO POLÍTICO


Chirolita era un muñeco de papel machè creado por el afamado ventrílocuo argentino Ricardo Gamero, quien tuvo sus momentos de éxito con el seudónimo de Mister Chasman. El nombre del muñeco, en diminutivo, refería a las monedas de escaso valor que circulaban por entonces: Las chirolas.
Chasman sentaba al muñeco en su rodilla derecha y lo hacía mover y hablar según su voluntad.
La vida imita al arte, según el célebre epigrama de Oscar Wilde.
La política populista y demagógica està obligada por su propia naturaleza a sostener un Míster Chasman y a reclutar sus huestes entre los sectores más corrompidos y genuflexos de la sociedad, ya que es fama que los hombres de bien son refractarios a las agachadas. De ahí la utilidad del lumpenaje político, carente de honor y de vergüenza que cede y se dobla a los requerimientos del que manda, sin los lìmites morales que impone la dignidad.
El zigzagueante discurso, la mentira, la impericia y el camaleonismo como principio rector es inherente al régimen kirchnerista. Sus seguidores solo pueden permanecer en la penosa comparsa de saltimbanquis en tanto fluya el dinero con que les pagan sus miserabilidades.
De ahí que agredan, insulten, avasallen y nieguen todo principio republicano hasta que manden otra cosa.
Funcionarios, artistas, periodistas, pseudo militantes y cuanto farsante sin escrúpulos anda suelto, se inclina y vocifera lo que el poder les ordena. En algunos aspectos son como el muñeco Chirolita, cuya voz y cuyo discurso era el que a Mister Chasman se le ocurría.
Jamás concebirán una idea propia, nunca un argumento original surgido de las personales convicciones. Como a los artistas de la antigüedad, a quienes le daban un rollo de papiro con los parlamentos del  personaje a interpretar (de ahí la palabra rol), a estos mercenarios les dan los rollos para actuar el triste papel de adocenados, de seudo revolucionarios de una revolución imaginaria que nadie quiere.   
En rigor de verdad, puestos a elegir, quién no prefiere mil veces al Chirolita original, muñeco sin alma ni corazón, pero que permanecía sentado fielmente en las faldas de su patrón, a diferencia de estos infames que hoy se arrastran para cobrar aquí y mañana, como si nada, estarán arrastrándose allá, ante quien les arroje un renovado mendrugo.
 

viernes, 28 de septiembre de 2012

LA REBELION DE LAS MASAS


 

El centro del régimen vital del hombre-masa
consiste en la aspiración a vivir sin supeditarse a moral alguna.
                 
                                                                                                                                              O y G

 
Corría el año 1926 cuando Ortega y Gasset, el preclaro filósofo español, comenzó a publicar en el periódico español El Sol su maravillosa obra La rebelión de las masas. Comenzaba diciendo que hay épocas en que la realidad humana, siempre móvil, se acelera, se embala en velocidades vertiginosas.
He ahí algo que los pensadores K no perciben, probablemente  porque no piensan, sino que simulan hacerlo, mediante un ejercicio parecido, por demás útil para justificar su permanencia en la nomenklatura, pero nefasto para la salud de la república.
Nomenklatura era un término con el que se designaba a la élite de funcionarios y políticos del régimen soviético, surgida bajo el estalinismo y caracterizada por su influencia y poder en la gestión del Estado. Sus integrantes, pertenecientes al PCUS (Partido Comunista Soviético), ostentaron unas condiciones económicas y sociales superiores a las del resto de los soviéticos.
Siguiendo las observaciones de Ortega, en Argentina la realidad humana se acelera y sobrepasa al relato del populismo Kirchnerista, es una realidad embalada por las disparatadas acciones de un gobierno alcanzado por la gris decrepitud, ostensible en las mentiras expresadas por la presidente en dos universidades de los EE.UU. Allí negó la inflación en el país y el cepo cambiario que ella instauró, además de negar su ostracismo y su  enriquecimiento patrimonial escandaloso. Pequeñas muestras de un anecdotario voluminoso.
No extraña entonces que algunos fanáticos salgan al paso y maquillen las pústulas del régimen, subordinando el sentido común a sus fines inconfesables.
Imaginar que los estudiantes de Harvard fueron inducidos a hacer preguntas incómodas, es bastardear el prestigio de una de las dos mejores universidades del mundo. Que la presidente les responda a quienes la interrogaban sobre su sospechosa fortuna, que es producto de sus éxitos en el ejercicio de la abogacía es, por lo menos, una tontería.   
Por lo más sería una canallada, como la de espetar que las preguntas eran propias de La Matanza y no de Harvard. Omito cualquier otro comentario.
El Kirchnerismo ha hecho desde sus orígenes una maestría en canalladas, como las que surgen de las expresiones del Diputado Kunkel, cuando asegura que la inflación obedece a las perversas acciones de los formadores de precios.
Es canallesco afirmar que una emisión monetaria del 35/40 por ciento anual no derrite el poder de compra de una moneda. Al emitir moneda que es un mero papel pintado y prohibirle a la ciudadanía que resguarde el producto de su trabajo en monedas confiables, la condena, bajo las fallutas consignas nacionales y populares, a un corralito en pesos para cobrarle el impuesto inflacionario, el más regresivo y cruel,  porque afecta con mayor intensidad a los sectores de menores ingresos.
Cuando los que mandan pierden la vergüenza, quienes obedecen les pierden el respeto.
Entonces comienza la rebelión de las masas.

jueves, 23 de agosto de 2012


La política fraudulenta


De acuerdo con el diccionario, fraude es el engaño o aprovechamiento de la ignorancia de alguien para obtener un beneficio en cualquier forma traducible.
Cuando hablamos de políticas fraudulentas, hablamos de los engaños que  el gobierno propaga, cual una peste que afecta al cuerpo social, para perpetuar sus fines inconfesables.
Hasta los regímenes más espantosos cuentan siempre con un tercio de la población que los siguen ciegamente. Ese tercio es parte constitutiva del fraude, ora por intereses espurios, ora por estulticia o resentimientos ancestrales. El resto de los circunstanciales seguidores, son los que más tarde o más temprano se sentirán defraudados.
Hay sectores que necesitan tiempo para entender que es un fraude pretender que el cuantioso patrimonio de los K. y sus cómplices es bien habido. Es fraude imponer  desde hace años, como si fueran ciertas,  las fallutas cifras del INDEC. Sobre estiman la necedad de los argentinos cuando proclaman que se puede comer 4 veces al día con seis pesos. De igual modo es fraude asegurar que constituían una juventud maravillosa  el conjunto de asesinos expulsados por Perón y  que se alzaron en armas durante su tercer gobierno. Eran meros criminales tal como los genocidas que derrocaron a su esposa.
Y acercándonos al presente, también ha sido un fraude la farsa de los senadores y diputados K, que como obedientes lacayos, han aceptado embanderarse en una supuesta soberanía para expropiar la ex Ciccone y así eliminar el teatro de operaciones de las corruptas maniobras de Boudou y sus secuaces.
Envuelta en las brumas del fraude, consustancial a todo el accionar del gobierno, se ha producido otro latrocinio a la moral pública.
Se expropió una imprenta obsoleta, cubierta de deudas, podrida hasta los cimientos por los chanchullos del poder. Esa imprenta sería innecesaria en el patrimonio de un país con gobiernos decentes, pero es útil por demás para las mafias que deben borrar con esa abyecta medida las huellas de sus horrendos crímenes.

miércoles, 1 de agosto de 2012

  Being There

    (Desde el jardín)



A fines del año 1979 se ofreció a los espectadores del mundo la película de Hal Ashby, Being there, aquí entre nosotros titulada Desde el Jardín, con libro y guión del escritor Jerzy Kosinski y la actuación de Peter Sellers en el rol de Chance Gardiner.
El argumento es simple, Chance, un jardinero que jamás salió de la casa de su empleador, tenía como único contacto con el mundo exterior el televisor de su cuarto. Cuando el empleador muere, Chance, que era casi un imbécil, es desalojado de la casa y lanzado a la jauría humana. De lo único que podía hablar era de su jardín, y las idioteces que decía fueron tomadas por sus influyentes interlocutores como geniales metáforas: “La primavera traerá flores”, El invierno pasará y germinaran las semillas”.
 Moraleja: Cada quien se enmascara y enmascara a los otros según su  gusto. Cada quien cree y entiende lo que quiere creer y  entender. Chance fue tomado por un gurú de las finanzas y la política y se encumbró como un gran personaje. Pero en realidad era apenas un cretino.
Cualquier similitud con la dirigencia de la República Argentina no es mera coincidencia.
Cuando uno escucha los dislates y banalidades pronunciadas desde las más altas magistraturas de la República, es inevitable asociarlas con las tonterías de Chance Gardiner.
Me explico con algunos ejemplos entre muchos:
Cuando se autoriza que los asesinos salgan de las cárceles apenas ingresados, para readaptarlos a través de pseudoeventos culturales, cuando se hace apología de los barras bravas, cuando se justifican las injustificables mentiras del Indec, las erráticas políticas económicas o el saqueo de los fondos jubilatorios, cuando los millonarios que nos gobiernan simulan cristiana solidaridad hacia los humildes, son toda una muestra de argumentos patéticos y abominables.
Creen esas patrañas aquellos que quieren creer en ellas, muchos por ignorancia otros para satisfacer fines inconfesables.
Sean electores o funcionarios, todos sonríen ante la estolidez de Chance, cierran los ojos y aplauden. Ese es su triste papel y esa es la triste Argentina que vemos desde el Jardín, lo cual sería una metáfora de la abusada Cadena Nacional.




jueves, 12 de julio de 2012


El pincel roto


Hay un opúsculo de Cicerón donde habla de un tratado por el cual los pobladores de Camertes o Camerinum estaban federados con Roma en igualdad de derechos y obligaciones, con salvaguarda de sus privilegios.
A esa ciudadela de las Marcas, cercana al río llamado Flusor por los antiguos, llegué un viernes de mayo, invitado por el Consejo Comunal, para ofrecer una conferencia sobre la historia del municipio y en particular sobre su renombrada participación en las guerras civiles de César,  cuando fuera ocupado por algunas cohortes de Pompeyo que le salieron al paso tras su osado cruce del Rubicón. Creo que realicé una amena disertación, ya que es fama que la información que aburre se pierde. Luego de este feliz acontecimiento cultural, mis anfitriones ofrecieron un cocktail para los asistentes y acto seguido me  condujeron a visitar algunos monumentos y la Biblioteca Valentiniana, pródiga en rollos y códices medievales. Para mi sorpresa, su director resultó ser Enrico Baroglio, un viejo compañero de armas. Combatimos juntos durante la campaña de África y hacía décadas que no veía. Ambos nos sentimos embargados por los viejos recuerdos de juventud y por tal razón acepté la invitación de hospedarme en su casa y permanecer el fin de semana en su compañía.
Cuando esa noche, tras la cena, le comenté mi afición por el arte  americano bajo la dominación virreynal española y muy en particular por la pintura de su paisano, el jesuita Bernardo Bitti, de notoria actividad en Lima durante el último cuarto del siglo XVI, para evangelizar por “medio del arte”. La cita era del Provincial Diego de Bracamonte, en ocasión de recomendarlo al  General de los jesuitas.
Cual sería mi sorpresa cuando Bruno dijo:
--“En la Biblioteca Valentiniana existe un viejo cartapacio, recientemente descubierto, que contiene numerosas cartas del célebre pintor y su sobrino Guido enviadas a la familia en Camerino”.
Generosamente lo puso a mi disposición, no sin agregar que la redacción de algunos pasajes era críptica, lo cual no era inusual en tiempos de la contrarreforma, cuya  tiránica política era sostenida por el papado con el rigor de la inquisición y la servil obediencia de las órdenes monásticas. Agregó que aquel oscuro estilo epistolar corroboraba el decir de Lope de Vega: "Mucho ay que hablar y que no es para papel"
Con gran curiosidad, al día siguiente bien temprano me dispuse a examinar los amarillentos papeles, pródigos en relatos que Bernardo y su sobrino Guido hacían de la sociedad y la naturaleza de aquella parte del mundo. Del abundante material, tomé nota en particular de tres misivas y de un cuadernillo de Guido Bitti, que me intrigaron primero y me maravillaron después. Paso a describir los aspectos más notables y las conclusiones que de ellos extraje.                            

                                                                *****

En la primera de las cartas fechada en Lima el 23 de Noviembre de 1610, Bernardo Bitti comunicaba a su hermano Ludovico, la admiración que su obra denominada “Madona del Pajarito” provocaba en los fieles de la Iglesia de San Pablo y consignaba al pasar “(...) la misteriosa llegada en el Galeón San Jerónimo, de un hombre ciego, de unos cuarenta años de edad, portador de secretas credenciales emitidas por B.S. Asistente ad Providentiam del 5º General de la Societas Jesu (SJ) Crnl. C.A.”.
En el párrafo siguiente indicaba que el viajero había sido salvado de la muerte por la intervención de su Eminencia y secretamente confinado en el Perú, donde debería permanecer en clausura hasta el fin de sus días, al cuidado de Bitti y del resto de los hermanos de la Compañía en aquel virreynato. Debía procederse así en consideración al aprecio y la estima por las dotes de pintor excelentísimo que se le profesaba y que, en razón de su mal, ya no ejercía. Lacónico, Bernardo agregó, con un sentimiento más propio del artista que  del jesuita “(...) que aquel infortunado hombre era poco más que un pincel roto”.
La segunda epístola, fechada en Lima el 3 de Enero de 1611, era de puño y letra de Guido Bitti. En ella comunicaba a su padre Ludovico la muerte de Bernardo, que había entregado su alma al creador en la primavera de 1610. Sus restos mortales descansaban en paz en la noble tierra americana. En las líneas finales de la misiva afirmaba que su tío, antes de morir, le encomendó el cuidado del pintor ciego M.M. hombre de carácter difícil pero de enorme conocimiento del arte pictórico.
En la tercera carta, fechada en Lima el 12 de Marzo de 1614, Guido Betti le comunica a su padre detalles del viaje que emprendería a las propiedades de la Orden en el Paraguay, en calidad de Asistente Local. En una breve postdata le comunica el deceso de M.M. da C. quien estaba al acuidado de los hermanos  de la S.J. desde hacía cuatro años y que fuera muy estimado por el difunto Bernardo. Finalmente extraje valioso material del mencionado cuadernillo de Guido Bitti, que contenía un conjunto de oraciones a la virgen (al parecer obra suya) y un cúmulo de recuerdos de M.M. da C. reunidos en los tres años que lo tuvo a su cuidado y que quizá escribió para aligerar el peso del secreto o movido por la compasión hacia su protegido y por un larvado deseo de iluminar su memoria. Así refería que:
“M.M da C. tras su partida  de Sicilia pasó a Nápoles y quedó al amparo de la familia S.C. y que a los pocos meses sufrió un severo atentado contra su vida. Que luego la Marquesa C. y su hijo F. Caballero de Malta y General de la flota le habían soltado la mano. Que en Enero de 1610, la familia D. intercedió ante Sc.B y el Papa, un indulto por su terrible crimen, razón por la cual en la primavera embarcó hacia Alsium, donde aguardaría la autorización papal para ingresar a Roma. Llevaba unas pocas pertenencias y tres cuadros de su autoría, que serían ofrendados al Cdnl. Sc.B. y al muy noble C. de L antiguo vcr. por las benevolentes gestiones que sellaron su anhelada rehabilitación. Que los motivos de su desgracia se gestaron durante su estadía en M. Allí ofendió al G.M. de la O.C.M. al trabar íntima y pecaminosa relación con su paje R. por quien A de W. guardaba amorosa inclinación. Por ello fue expulsado de la Orden, acusado de “miembro pútrido”, encarcelado y luego de su fuga, secretamente condenado a muerte, como parte de una vendetta pergeñada por los caballeros. Que sospechaba que los S.C. debieron ceder a las presiones de los Caballeros y (contrariando la inmunidad  ofrecida por Sc.B.) en el viaje de regreso a Roma lo entregaron a sus perseguidores. Hecho prisionero en el castillo de Alsium, sobre la vía Aurelia, fue cegado con  hierro candente y dejado con vida bajo la custodia de la SJ para ser desterrado en el virreynato del Perú. Al morir. M.M. da C. fue enterrado en los altos de la ciudad en fosa innominada”.
 
                                                        *****

A partir de estas evidencias inicié el descifrado de las cartas, llegando tras exhaustivas investigaciones  a las siguientes conclusiones:
* Que el misterioso viajero arribado al Perú no era otro que Michelangelo Merisi,  alias El Caravaggio, el más célebre pintor del barroco italiano, sobre quien pesaba una pena de muerte papal por el homicidio de Ranuccio Tomassoni en 1606.
* Que el 5º General de la Orden  (de los Jesuitas) que Betti menciona, era el Cardenal Claudio Acquaviva, autor de los Ratio Studiorum y acaso el mas prominente de los Generales de la Compañía de Jesús, a la cual comandó por más de 33 años. El Asistente ad Proventiam B.S era Benedicto Santis, jesuita emparentado con los duques de Ferrara.
* Que la familia D. corresponde a los Doria de Génova, antiguos protectores del pintor.
* Que las enigmáticas iniciales M. GM, OCM y A de W. refererirían a la isla de Malta y al Gran Maestre de la Orden de los Caballeros de Malta, Alof de Wignacourt, retratado por El Caravaggio cuando aún gozaba de su estima.
* Que la familia S.C a quien hace alusión el cuadernillo correspondería a la de Constanza Sforza Colonna, marquesa de Caravaggio y a su hijo Fabrizio.
* Que ScB. no sería otro que el Cardenal Scipione Borghese, mecenas y admirador del artista, además de sobrino del Papa Pablo V.
* Que el  antiguo vcr. C. de L. no sería otro que Pedro Fernández de Castro y Andrade, 7º Conde de Lemos, famoso estadista y embajador español, Presidente del Consejo Supremo de Italia, Virrey de Nápoles, Presidente del Consejo de Indias y  egregio protector de las artes, a quien Cervantes le dedicara su Don Quijote y Las Novelas Ejemplares entre otras obras y por añadidura, grande admirador del Caravaggio.

                                                        *****

Estos novedosos documentos disponibles inclinan a pensar que la difundida crónica en torno a la muerte del Caravaggio no solo es falaz sino que fue una escena, montada de común acuerdo entre sus perseguidores y sus protectores para cubrir la desaparición forzosa del malogrado artista. Es improbable que El Caravaggio haya fallecido a causa de la malaria contraída en las playas infectas de Porto Ercole, cuando trataba de alcanzar el barco que lo llevaría hacia Roma. Su cuerpo no fue jamás encontrado y su tan extraña muerte se acopló al mito de su tan extravagante existencia y de tal modo llegó hasta nosotros, a cuatro siglos de distancia.
Aparece como altamente probable que haya sido desterrado al Perú tras un horrendo acuerdo de perdonarle la vida privado de la vista, y de tal modo condenarlo a la agonía de existir sin ejercer su arte maravilloso.
Según se desprende de los manuscritos de Bernardo y Guido Bitti, Michelangelo Merisi, El Caravaggio,  maestro del claroscuro y precursor del arte moderno, acabó sus días privado de la luz y los colores que tanto amó, en la soledad de una celda en algún establecimiento de los jesuitas del Perú y fue enterrado en fosa común en las afueras de Lima.
Estas son las inferencias que me impuso la lectura de aquellos escritos y fueron concebidas en la primavera de 1976. En este acto quedan a consideración de los lectores de mi columna mensual en esta prestigiosa revista de la Sociedad Historiográfica Lombarda.
                                                        

                                                                                             Gaetano Roncalli
                                                                                                     G.O.  (OMRI)    

                                                                      
                                      

lunes, 18 de junio de 2012

Lo malo de estas buenas noticias

  
Tradicionalmente, se concibe una república como la forma de gobierno de aquellos países en los que el pueblo tiene la soberanía del ejercicio del poder, aunque ese poder sea delegado en gobernantes que elige a través del sufragio.  Se fundamente en el "imperio de la ley" y no en el "imperio de los gobernantes", a modo de salvaguarda del sistema institucional, independiente de los vaivenes políticos y en la cual tanto los gobernantes como los gobernados se someten por igual a un conjunto de principios fundamentales normalmente establecidos en una constitución.
Aristóteles afirmaba que "Un montón de gente no es una república" y no erraba en ello.
Tampoco la república es propiedad del gobernante de turno ni puede asumir como propia le triste aseveración de los déspotas: El estado soy yo.
La indiferencia o el desconocimiento de estos principios elementales por parte de gobernantes y gobernados inevitablemente concluyen en tono de tragedia.
Son consustanciales a una república: 1.-la periodicidad en los cargos; 2.-la publicidad de los actos de gobierno; 3.-la responsabilidad de políticos y funcionarios públicos; 4.- la separación y control entre los poderes; 5.- la soberanía de la ley; 6.- el ejercicio de la ciudadanía, quien pone y depone; 7.- la práctica del respeto, y no la intolerancia, con las ideas opuestas; 8.- la igualdad ante la ley; 9.- la idoneidad como condición de acceso a los cargos públicos.
Sería un ejercicio interesante examinar cuantos actos del gobierno nacional se ajustan a estos mandamientos.
De parte de la presidenta hemos recibido la amable noticia de que estarán disponibles 100.000 o 400.000 créditos para viviendas, no lo sabemos muy bien pues los responsables tampoco lo saben. Lo cierto es que anunciaron préstamos a tasas de interés muy por debajo de la inflación real, que permitirían acceder a una vivienda a quienes no la poseen. Lo malo de esta buena noticia es que los recursos ($20.000 millones) no saldrán del Tesoro Nacional sino de la Anses, dicho de otro modo, de los aportes de los jubilados, cuya mayoría percibe haberes de hambre y cuyas demandas, aprobadas por la Justicia, no se pagan. La razón en sencilla: El gobierno nacional y popular les roba lo que legalmente les pertenece. Eso si, a cambio del efectivo contante y sonante, le entrega al Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses, montones de pagarés de dudoso porvenir.
Adiós al 82% móvil y a los reclamos judiciales. Bienvenida la politiquería habitual, financiada con dineros ajenos. Los jubilados pagan los costos del populismo K. desenfrenado. Asignación universal por hijo, 2, 5 millones de jubilaciones sin aportes, créditos a la industria y ahora plan de viviendas son dádivas a costa del hambre vergonzoso de nuestros viejos.
El sueño de los argentinos es pesado. Acaso cuando despierten hagan tronar el escarmiento.



martes, 29 de mayo de 2012

ESTAMOS TODOS BIEN




                                                                                                       
El título hace referencia a un film de Tornatore, protagonizado por Marcello  Mastroianni, quien interpreta el personaje de Matteo Scuro,  un jubilado que sale al camino para visitar a sus cinco hijos, que viven en diversas ciudades de Italia. Imagina que están todos bien, pero la realidad es bien diferente. La vida de sus hijos y sus respectivas familias, bajo una superficie de bienestar, están signadas por la tristeza y la insatisfacción.
Algo parecido sucede en la República  Argentina, que de república tiene poco, salvo la cáscara y de Argentina (de Argentum: plata) poco y nada.
Valen a modo de ejemplos el deterioro de la vida cotidiana, la inseguridad, la inflación, el resquebrajamiento de las instituciones republicanas, el poder ejecutivo disparatado, el poder legislativo transformado en escribanía, la justicia con vocación de marioneta al servicio del peculado, funcionarios truchos, corruptos pero impunes,  ferrocarriles de horror, jubilaciones miserables, una educación lamentable, nacionalismo a la violeta y en la economía el habitual relato bobo con su falluta muletilla: Estamos todos bien…
Las generaciones venideras  asociaran estos pseudo progresos populistas a un matrimonio, a una corte de obsecuentes y a un 54% de electores que eligieron una creencia inconsistente, cual es la que sostiene que la riqueza proviene del verbo dilapidar y charlatanear, que no del verbo trabajar, con responsabilidad, marchando en pos de metas claras y sostenidas hacia la grandeza, sin verborragias ni corruptelas, con una sólida civilidad, advertida del nefasto resultado  que acarrea  el trueque de libertades por abalorios, meras cuentas de vidrios de colores, que a veces adoptan la forma de televisores o teléfonos celulares en 50 cuotas, endosadas al porvenir de sus hijos.
Mientras tanto, repitamos como Mastroianni: “Stanno tutti bene…

martes, 24 de abril de 2012

El patrimonio nacional

Cuando las palabras pierden su significado, la gente pierde su libertad.
Confucio
551 - 479 a. C

A menudo sucede que una causa noble es utilizada con fines inconfesables. La experiencia humana es pródiga en ejemplos de esta naturaleza. Pero no siempre la experiencia se atesora en la memoria.
La historia universal en general y la argentina en particular, abundan en ejemplos de engaña pichanga. Sin ir más lejos, la guerra de Malvinas desatada por los militares argentinos, exaltaron el sentimiento popular por aquellos territorios en poder de los ingleses, para oxigenar su dictadura. El denominado Pacto de Olivos, entre Menem y Alfonsin, so pretexto de modernizar la Constitución Nacional, apuntó a lograr la reelección presidencial de uno y asegurarse un tercer senador por la minoría para el otro. En esas pretensiones de consensos populares se inscriben el demagógico default alardeado por el efímero presidente Rodríguez Saà y la actual expropiación del 51% de las acciones de Repsol en YPF por parte de CFK.
¿Que duda cabe?  ¡¡ YPF jamás debió excluirse del patrimonio nacional !!
Ningún patriota de ayer o de hoy lo negaría. Sin embargo, los mismos personajes que ayer propiciaron y lucraron con el remate privatizador de YPF, con su vaciamiento y su derrumbe posterior, hoy proclaman, con grandes palabras, que la expropian parcialmente para la recuperación de la soberanía energética.
Resulta sospechoso que los mismos lobos que ayer devoraron las grandes empresas públicas, hoy sean mansos y fieles perros guardianes de las arcas del estado. Y más sospechoso aún, que quienes hicieron del peculado y la corrupción los basamentos de su carrera política, hoy nos hablen de los derechos inalienables del pueblo argentino. Todo eso tiene un tufillo a demagogia.
El demagogo emociona y conduce a las masas hacia sus propios fines personales. Una vez obtenida una amplia aprobación, apunta no ya a un proceso de democratización o de trasformación del sistema sociopolítico, sino a la instauración de un régimen autoritario e impune que impide la toma de conciencia y el bienestar de las mismas masas que lo apoyan y aplauden.
Se tapan de tal modo realidades nefastas, teñidas de injusticias y negociados.
Quizá algún día los pueblos comprendan que en la política como en el teatro, los aplausos aprobatorios se reservan para el final de la representación y que las emociones, para ser saludables, se deben ordenar en torno a lo que se conoce como inteligencia emocional.

lunes, 16 de abril de 2012

LA CUEVA CHAUVET-PONT d` ARC

       
Este paisaje que hoy vemos en el valle, no sería aquel en que vivían los hombres del Paleolítico.
Imagino la inmensa glaciación que se extendía a ambos lados del valle del río Ardeche, hielos por doquier, algunas ínsulas de bosques y praderas, animales de toda laya (bisontes, mamuts, rinocerontes, alces, osos, cabras, hienas, leones, caballos) y algunos grupos humanos, comunidades de 15 o 20 individuos nómades, siempre en busca de refugio y alimentos según las necesidades, en el entorno cambiante de una naturaleza hostil.  El río que serpentea entre acantilados de roca caliza y el arco que se ha tomado el trabajo de tallar, para abrirse paso a través de la pared de piedra blanca, guarda secretos inefables de aquellas criaturas que lo frecuentaban.
A nosotros el ejercicio de especular sobre el asunto.
Tal vez un día de primavera, algún cazador en pos de alguna cabra habrá descubierto, al avanzar sigilosamente por un escabroso sendero del blanco acantilado, la entrada de la cueva que se extiende a lo largo de casi 500 metros. Munido de antorchas habrá regresado con algún compañero y poder entonces adentrarse en las profundidades de la tierra, al onírico mundo de estalactitas y estalagmitas de calcita, de recovecos y de enormes cámaras pétreas,  donde el silencio y las sombras se imponen.
Habrán comentado su hallazgo y quien sabe cuándo y cómo alguno de ellos habrá decidido dejar la impronta de su genio en esa cueva. Aquel ancestro prehistórico poseía la maravillosa capacidad de dibujar animales fabulosos y tan sólo con los modelos que su memoria atesoraba, pintó en extraordinarios paneles, un conjunto de figuras maravillosas. Con trazos magistrales desplegó el arte que lo inspiraba. El carbón y algún que otro pigmento de color ocre bastaron para captar el instante de una lucha entre rinocerontes, el paso de una manada de leones, unas tropillas de caballos, hienas, chitas, mamuts, bisontes y osos, sin olvidarse de una lechuza con la cabeza girada hacia atrás que grabó con sus dedos en la piedra blanda y húmeda. En suma, recreó la vida misma que lo circundaba. Aquí y allá, también imprimió sus manos embadurnadas de pigmento, que se desparraman en la pared de roca como rojas mariposas.
Los estudiosos dedujeron que el artista era alto, como de un metro ochenta y que su dedo meñique estaba algo torcido.
Por entonces, su mundo era 32.000 años más joven que el nuestro. Hombres y animales disputaban palmo a palmo el territorio que necesitaban. Todos ellos se han extinguido. Todos se han precipitado al abismo del pasado remoto y solo nos queda de ellos la imborrable perspectiva de aquellos pintores rupestres, que nos hacen saber, en silencio, que el alma humana y la capacidad de apreciar y crear belleza no es un logro reciente.
 ¿Serían esos hombres del paleolítico artistas con visos de chamanes? ¿Serían soñadores marginales entre aquella horda menesterosa que luchaba por la supervivencia? ¿Sus contemporáneos los admirarían, los venerarían, o los escarnecerían por aquellos hábitos ajenos a las rutinas de ese puñado de cromagnones cazadores-recolectores?
Puede que esas asombrosas imágenes, plenas de expresión y belleza, completaran un ritual mágico, que entre el fuego y el humo de las antorchas, con la música de algunas flautas talladas en el hueso radial de un buitre, con sus cinco orificios, como las de hoy en día, llenaran de sonidos aquel universo de silencio, y así se sentirían mejor, más seguros, hasta protegidos por poderes ignotos, sobrenaturales y feroces, pero susceptibles de ser influidos por ellos hacia la clemencia.
Seis o siete mil años más tarde, algún otro artista garabateó su dibujo y un niño de 7 u 8 años dejó la huella de su pie desnudo sobre el piso blando. Finalmente sobrevino el derrumbe que selló la entrada de la cueva para siempre.
Pasados veinticinco mil años, ayer, en 1994, tres espeleólogos merodeaban el acantilado y casualmente percibieron en una grieta un soplo de aire. Así es como se manifiesta la presencia de las cavernas en las profundidades de la roca. Cavaron, quitaron rocas y entraron por un túnel colateral hasta esa maravillosa catedral, elevada por la naturaleza y los hombres de la edad de hielo. El sur de Francia guarda celosamente ese tesoro. Cerrada por una gruesa puerta de acero, vigilada a más no poder, para limitar al mínimo el ingreso de unos pocos expertos muy de vez en cuando, se preserva de tal modo esa muestra del alma humana ancestral.

miércoles, 4 de abril de 2012


Las islas Malvinas y los pseudo patriotas de efemérides

Aclaraciones semánticas.


El significado de patriota es conocido por casi todos: Persona que ama y defiende a su país
En lo que concierne a la palabra efemérides proviene del término griego ephemeris: Que dura solo un día.
De allí deriva también la palabra efímero.
 El diccionario la define como:
1   Hecho importante que se recuerda en un aniversario.
2   Celebración de ese hecho.
Valga lo antedicho para aclarar que en estos párrafos nos referiremos a los falsos  patriotas de un solo día, esos que se aprovechan del sentimiento legítimo de muchos, para provecho político de unos pocos y al servicio de fines inconfesables.
La efemérides del 2 de abril de 1982, cuando tropas argentinas enviadas por la tiranía militar, desembarcaron en las islas, es un buen ejemplo de la referida manipulación de los patriotas de efemérides.

Aclaraciones históricas.


El archipiélago de Malvinas (así llamadas por Bougainville en recuerdo del puerto de Saint Maló) guarda secreto acerca de quienes y cuando lo descubrieron. Se encontraron puntas de flechas que hacen suponer la presencia de viajeros aborígenes. Hay hipótesis que atribuyen el descubrimiento de las islas a Esteban Gómez, a Simón de Alcazaba- Sotomayor y a  Alonso de Camargo (entre 1521 y 1540) y otras a John Davis (1592) y Richard Hawkins (1594). En 1600 un marino holandés, Sebald de Weert, visitó las islas. Los mapas holandeses de la época las mostraban con el nombre de Islas Sebald. En enero de 1690 el inglés John Strong habría llegado a las Islas Sebald, navegando entre las dos islas principales y llamó al paso "Falkland Channel" en honor a su mecenas Anthony Cary, quinto Vizconde de Falkland, que como Comisario del Almirantazgo había financiado la expedición. La cartografía británica adoptaría el nombre del canal, para designar a todo el grupo de islas.
Las incursiones británicas provocaron disputas con España y en 1740 se produjo un enfrentamiento armado entre las flotas de ambos países sin un claro vencedor. En 1764 el conde francés Louis Antoine de Bougainville estableció Port Louis en la isla Soledad y tomó posesión de las islas en nombre del rey de Francia. Ante la protesta española, en 1766 Francia accedió a evacuarlas y reconoció la soberanía española sobre el archipiélago, con la condición de indemnizar a Bougainville. Los 115 colonos franceses quedaron bajo el gobierno de don Felipe Ruiz Puente, que procedió a construir una capilla y otros edificios, estableciéndose la Gobernación de las Islas Malvinas. Paralelamente, los británicos, en una expedición liderada por el comodoro John Byron, fundaron Port Egmont en la isla Trinidad del grupo de las islas Sebaldinas. España logró la retirada de los británicos en el marco de los acuerdos llamados Convenciones de Nutka. En 1811 las Malvinas fueron evacuadas por los españoles, quedando desiertas hasta 1820, siendo sólo visitadas por barcos balleneros de diversas nacionalidades.
En 1820 el gobierno de Buenos Aires envió una fragata a tomar posesión y reafirmar sus derechos en las Malvinas, como sucesión de España. Desde 1823 concedió a Luis María Vernet la explotación de recursos de las islas. El 10 de junio de 1829 se creó la Comandancia Política y Militar de las Islas Malvinas con asiento en la isla Soledad y jurisdicción en las islas adyacentes al cabo de Hornos.
Las actividades de contralor que Vernet llevó a cabo contra barcos balleneros hicieron que la corbeta de guerra Lexington de los Estados Unidos destruyera las instalaciones de Puerto Soledad. El 2 de enero de 1833 llegó la fragata de guerra británica HMS Clio, al mando del capitán John James Onslow, quien comunicó al jefe criollo que llegaba para a reafirmar la soberanía británica y retomar posesión de las islas en nombre del rey de Inglaterra. El capitán de la goleta Sarandí, José María Pinedo, no se consideró en condiciones de resistir y optó por embarcar a sus hombres y retornar a Buenos Aires. Al día siguiente desembarcaron las fuerzas británicas, izaron su pabellón y arriaron el que había dejado Pinedo, tomando posesión de las Malvinas.
Ese fue un acto de piratería británico contra los intereses de Buenos Aires, tras las invasiones de 1806 y 1807.
Por ese tiempo el territorio de nuestra patria ni estaba conformado ni se denominaba como hoy día. Nuestra debilidad institucional permitía, ayer igual que hoy, los ultrajes de los ingleses.
Esas primeras décadas como país independiente fueron anárquicas. No habían acabado las guerras de la Independencia, cuando surgieron las luchas entre unitarios y federales que fueron  una larga serie de sangrientas guerras civiles entre facciones y provincias (1820-1861) a lo que se sumó la ocupación de la Banda Oriental por tropas brasileras, lo cual desencadenó la Guerra con el Imperio del Brasil (1825-1828).
 Entre 1820 y 1852, excepto un breve intervalo entre 1825 y 1827, el país careció de un gobierno nacional, asumiendo las provincias la plenitud del gobierno en el ámbito de sus respectivos territorios. La única excepción fue la representación externa, que fue asumida por el gobernador de la provincia de Buenos Aires, cargo desempeñado durante la mayor parte del período por Juan Manuel de Rosas. En esa etapa, la Argentina mantuvo conflictos bélicos con la Confederación Perú-Boliviana, con Francia, con el llamado Gobierno de la Defensa de Montevideo (colorado) al apoyar la Confederación Argentina a los nacionales uruguayos y con una alianza anglo-francesa.
Oficialmente, se utilizó por primera vez la denominación República Argentina en la Constitución de 1826. Durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas (1835-1852) se utilizaron, entre otros, los nombres de Confederación Argentina, República de la Confederación Argentina y Federación Argentina.
Confederación Argentina es el nombre del período histórico de la organización nacional durante el cual las provincias formaron una confederación de estados soberanos que delegaban la representación exterior y algunos otros poderes en el gobierno de una de ellas. El nombre Confederación Argentina se utiliza para referirse al período histórico comprendido entre 1835 y 1852, en tanto estado federal basado en tratados interprovinciales, sin una constitución nacional. Es uno de los nombres oficiales de la República Argentina conforme al artículo 35 de la Constitución, junto con el de República Argentina y Provincias Unidas del Río de la Plata. La Constitución Argentina de 1853 se sancionó en nombre del pueblo de la Confederación Argentina, pero al incorporarse el Estado de Buenos Aires, en 1860 se cambió por Nación Argentina y se incorporó el artículo 35: Las denominaciones adoptadas sucesivamente desde 1810 hasta el presente, a saber: Provincias Unidas del Río de la Plata; República Argentina, Confederación Argentina, serán en adelante nombres oficiales indistintamente para la designación del Gobierno y territorio de las provincias, empleándose las palabras "Nación Argentina" en la formación y sanción de las leyes.
El 8 de octubre de 1860, en la ciudad de Paraná, entonces capital de la Confederación Argentina, el presidente Santiago Derqui decretó que: [...] siendo conveniente a este respecto establecer la uniformidad en los actos administrativos, el Gobierno ha venido a acordar que para todos estos actos se use la denominación República Argentina.
El nombre fue confirmado definitivamente en 1862 por Bartolomé Mitre, primer presidente del país reunificado, al utilizar el título de Presidente de la Nación Argentina.

El conflicto.


La ocupación ininterrumpida del archipiélago desde aquel acto de piratería inglés de 1833, transcurre apareado a casi toda nuestra historia como país. En efecto los ingleses permanecen allí desde hace casi dos siglos, ínterin los cuales hemos tenido diversas actitudes hacia el Reino Unido.
Colaborativa, defensiva y protectora. No olvidemos que Rosas, luego de haberlos combatido en Obligado, se exilió en Southampton y los anteriores y posteriores gobiernos fueron socios comerciales y políticos de los británicos durante más de un siglo. Con neutralidad ante los conflictos bélicos, los alimentamos siempre, en especial durante las dos guerras mundiales que ellos libraron. En ocasiones litigamos diplomáticamente por las islas, en sordos organismos internacionales, sin demasiada habilidad a veces ni firmeza en otras, hasta que en las postrimerías de la tiranía militar, en 1982, los militares en el poder manipularon el sentimiento nacional para lograr el oxígeno político indispensable para un régimen en descomposición, ocupando militarmente las Malvinas. Las mayorías populares consintieron alegremente esa ocupación armada, sin pensar, como ocurre con frecuencia, que desataban una guerra trágica como todas, imprevista como pocas e improvisada como ninguna. Bien decía Napoleón que en la guerra todo es cálculo, pero esa era una máxima ignorada por el alto mando argentino.
El gobierno inglés de M. Tatcher, igualmente en apuros políticos, no desaprovechó la ocasión y recobró, con la guerra que le servimos en bandeja, una reputación casi extinta. La supremacía militar británica sumada a la colaboración secreta de los EE.UU determinó la derrota militar argentina y  la subsecuente caída del régimen gobernante.
Lo único que se consiguió con ese desangre fue un ínfimo palmo de tierra en el cementerio de Darwin, alejado de la vista de todos, donde descansan los restos de 237 soldados argentinos, la mayoría aún no identificados, que cayeron con honor, peleando con bravura en aquel conflicto espurio. Otros 87 valientes descansan en sitios desconocidos, bajo aquellas yerbas extrañas.

Conclusiones.


¿Que significa la efemérides del 2 de Abril? Una fecha trágica e irrepetible que debe ser despojada del charlatanismo patrioteril.
La única verdad es la realidad. Las Islas Malvinas están en poder de los ingleses desde hace 180 años. El resto son grandes palabras en vanos discursos aquí y allá.  Ignoramos cuando lograremos recuperarlas, pero es casi seguro que para ello ocurra deberíamos de ahora en más, modificar la óptica banal-nacionalista, que supone que las islas son nuestras por voluntad divina. Deberíamos ver a esas ínsulas como una mítica tierra inspiradora, que nos aglutine como hermanos y que nos convoque al logro de una límpida identidad nacional, con su grandeza social, política y económica.  Es imperativo el esfuerzo sostenido para devenir una gran nación respetable, pues solo las grandes naciones se hacen oír en los foros internacionales. A los países de opereta les está reservado el fracaso.
Para ello deben quedar atrás los populismos, erráticos, inconsistentes y cortoplacistas, con su turbamulta de pseudo patriotas de efemérides. Atrás deberían quedar los vaivenes de erráticas políticas internacionales, el desprestigio de gobiernos corruptos, para dar paso a dirigentes responsables, con precisas políticas de estado, que cobijen a un pueblo serio, estable, educado y esclarecido en los grandes objetivos nacionales.

viernes, 16 de marzo de 2012

Gracias por la argentinidad


El dinero es siempre un bien escaso, de ahí que en todo presupuesto bien concebido se fijan prioridades. No se puede gastar en todo aquello que hace falta. En el hogar, en la empresa o en el estado hay cosas que pasan primero y otras después.
Siempre es bueno ser argentino agradecido y vivir en la Argentina, pues a poco de andar advertimos que somos privilegiados. Sobran los ejemplos. Tenemos la suerte de ver detalladamente, gracias a los piquetes de protesta que detienen el tráfico en la avenida 9 de Julio, la costosa decoración estilo castrista del edificio del antiguo Ministerio de Obras Públicas, que aunque costó decenas de millones, bien lo vale. Y puesto que de ver se trata, también tenemos Futbol para todos, que al costo de algunos cientos de millones al año, nos permite gozar de esa pasión de multitudes. Tampoco debemos omitir mencionar a los artistas militantes, que aunque le cobran al estado muchos miles de dólares, nos deleitan con sus obras y nos infunden patriotismo. Pronto, si la suerte acompaña, tendremos la ocasión de ver a la Fórmula Uno en las calles de Mar del Plata por apenas un centenar de millones de pesos, pero lo que cuesta vale. Yo a la Casa Rosada mucho no voy, pero me han dicho que está decorada a la última moda o al último gusto de la presidente, del mismo modo que el despacho de Boudou.
Afortunadamente en estos tiempos de crisis, en los que hemos perdido los tres basamentos de la antigua prosperidad, a saber: El superávit fiscal, la balanza comercial inclinada a nuestro favor y una inflación a tasas normales, nuestros gobernantes capean el ajuste y priorizan lo que hay que priorizar. Y si hace falta plata, eso se arregla con el vicepresidente y Ciccone para que se emitan billetes generosamente. Ese es el privilegio de ser argentinos. Que la Providencia ilumine a nuestros gobernantes. No sea cosa que algún día pierdan el rumbo y se les ocurra despilfarrar el dinero mejorando los ferrocarriles metropolitanos, equipando los hospitales, incrementando la seguridad pública o la calidad educativa.